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Rastros Inadvertidos del Tiempo, 2013
Gal. Le Laboratoire
Ciudad de Mexico​
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Los rastros inadvertidos del tiempo
“Por años he realizado trabajo que se desarrolla a través de recorridos, trayectorias y caminatas. Documento y registro de varias maneras las huellas del tiempo y la memoria de cada sitio en donde trabajo, el paisaje que recorro o el que habito. Se convierte por momentos en un trazado, mapeo personal y emocional de esos sitios que exploro.
Los objetos pueden ser piedras que recolecto, vegetación, mapas, dibujos, fotos, impresiones de calles o grietas en la carretera y vídeos cortos. Éstos se convierten eventualmente en pinturas, esculturas o fotos, ocasionalmente en instalaciones e intervenciones en sitios públicos específicos. En cada sitio intento hacer visible la “memoria”, a través de utilizar las marcas, huellas y grietas en el entorno del paisaje rural o urbano que recorro o habito.
El objetivo quizá es hacer más visible lo no visible, hacer evidentes los rastros inadvertidos de tiempo y memoria de cada sitio. Es una manera de entrar en los detalles de los alrededores cotidianos, a menudo inadvertidos y pasados por alto, ‘dibujos’ de las huellas de cada sitio, la topografía, generalmente vista pero no percibida”.
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Perla Krauze
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Consta de tres núcleos del último trabajo de la artista: pinturas, mesas de trabajo y fotografías.
En la conjugación y fusión de estos 3 ejes, se plasman dualidades entre lo natural y lo artificial, lo racional y lo emocional, lo permanente y lo efímero.
Su obra habla acerca del paisaje, naturaleza, tiempo, proceso, camino, trasformación, recorrido, ascenso, descenso, precariedad y silencio: están presentes de manera constante en su obra.
La pintura habla de los procesos concretos de su elaboración. Comienza con registros e improntas de su propio taller (José Alvarado 24A, Col roma), utiliza además el bastidor y su estructura, las grapas, tachuelas o telas que lo componen como parte integral del objeto. Las capas de pintura evidencian las etapas del tiempo y permiten ver las improntas de aquellos pisos y pavimentos o se convierte en pintura que dejo atrás los rastros del sitio, y sin embargo continúan ahí presentes.
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En las dos mesas de trabajo y en sus objetos, la materia y el mundo de lo material es fundamental: trabaja y explora lo mismo con plomo, aluminio, cemento, resina, madera, grafito, barro, piedra. A veces dibuja en ellos, o construye, en otras la materia se evidencia en su artificialidad o atemporalidad. Hay una activación temporal natural: Las mesas de trabajo son testimonios que revelan las huellas y la memoria de sus hallazgos y de sus intervenciones y/o transformaciones a la materia y a lo que encuentra en su camino. Se vuelven objetos únicos o en su conjunto son casi hallazgos arqueológicos, fósiles y artefactos o por igual instalaciones del mercado informal.
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La instalación “bosque”, esta hecha a partir de vegetación encontrada y recolectada en recorridos, vaciadas como piezas únicas, sin moldes en aluminio fundido. Les confiere una sensación de casi fósiles de lo encontrado, convirtiendo así lo efímero en permanente.
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Las fotografías en esta ocasión son registros del mar y la luz, realizados diariamente, a la misma hora durante un recorrido, en este caso por el mar caribe. Bien podrían ser discursos expansivos del devenir y de la memoria de los recorridos de la artista: una manera, tal como lo decía Bachelard, de “materializar lo imaginario”.
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